A L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.
VV:.MM:. todos,
La
Construcción del Templo de Salomón
"Los bosques fueron los primeros
templos divinos. Antes de que el hombre aprendiese a cincelar columnas, colocar
arquitrabes y extender encima de ellos la techumbre; antes de que fabricase la
elevada cúpula, que recoge y rechaza el son de los motetes, se prosternaba en
el bosque sombrío y silencioso y ofrendaba al Todopoderoso sus súplicas y su
acción de gracias."
William C. Bryant
Introducción
E |
sta Plancha sobre “La Construcción del Templo de
Salomón” se refiere a basamentos doctrinarios y aspectos simbólicos fundamentales
para la Francmasonería Simbólica.
Sobre la construcción del Templo del Rey Salomón,
tanto la Torah como la Biblia se refieren a ella con cierto nivel de detalles
que en esta oportunidad no serán referidos, por considerar que en general ellos
no son tan relevantes al aporte del simbolismo masónico, y aquellos que sí lo
son, serán mencionados en forma explícita.
Para abordar el tema se escogió, básicamente una única
fuente, un texto llamado “El Simbolismo Francmasónico” de Albert G.
Mackey, que fue publicado por la Gran Logia de Chile el 2020 e:.v:.
Este trabajo ha estructurado su desarrollo en ciertas
leyendas del origen de la Francmasonería especulativa, el Simbolismo de la
Construcción del Templo como un basamento fundacional de la doctrina masónica,
y finalmente un atisbo adicional en relación con la creación del Tercer Grado a
través de la enigmática Escalera de Caracol del Templo.
Se deja un último capítulo para las reflexiones de
este cantero.
Desarrollo
A |
ntes de que el pueblo de
Israel construyera su primer Templo como tal, construyeron un tabernáculo o
templo portátil, por tanto, es posible imaginar que debieron “recorrer” un
cierto camino, vivir un debido proceso, antes de concebir la idea de tal
primera gran edificación. ¿Cuánto hay de historia y cuánto de leyenda? ¿Y cómo
diferenciarles? Son preguntas que exceden el propósito de este trabajo, pero al
investigar el simbolismo de la Construcción del Templo emergió con mucha
potencia y claridad lo que podríamos llamar la doctrina masónica original.
Leyendas de
orígenes masónicos[1]
Existe una masonería
primitiva que se especula deriva de Noe[2] y que abarca tradiciones sobre la naturaleza
de Dios y del alma. Al respecto, se produjo una suerte de división, después del
Diluvio Universal, tal que, nacieron múltiples religiones politeístas e
idolátricas, mientras que un grupo reducido conservó y transmitió las
tradiciones originales en nombre de la Francmasonería primitiva de la
antigüedad. Por otra parte, algunos politeístas, conservaron conocimientos de esas
tradiciones y formaron los antiguos Misterios, creando así otra rama de
la ciencia especulativa que se ha denominado como la Francmasonería Espuria de
la Antigüedad.
Así se llega a la
época de la construcción del Templo del Rey Salomón con un claro propósito simbólico
en sí mismo. ¿Cómo es que ocurre el proceso de transformación de la idea de un
Templo material por una ciencia simbólica?
Lo primero es
reconocer que en Tiro existía una secta o división de francmasones espurios,
llamada Fraternidad Dionisíaca de Artífices que practicaba la
ciencia especulativa junto con el arte arquitectónico.
Lo segundo es que se
produjo en esa construcción una especie de sincretismo entre la primitiva
francmasonería israelita y la francmasonería espuria de los arquitectos de
Tiro. Siendo ésta una de las primeras uniones entre la Francmasonería
Especulativa con la Francmasonería Operativa de la Humanidad, conforme a esta
leyenda.
El Simbolismo de
la Construcción del Templo de Salomón[3]
Ahora, ya se tiene un
posible origen de cómo fue que se simbolizó el arte operativo a través de una
ciencia especulativa. Y a falta de otro antecedente más contundente, es posible
suponer que la Francmasonería especulativa data al menos desde la construcción
del Templo del Rey Salomón.
Este templo material fue
erigido para dedicarlo al servicio y adoración de Dios, pero al mismo tiempo
como una especie de oráculo, para gobernar y dirigir a su pueblo, es decir, la
unión del Arte Real con el Arte Sacerdotal, el Grande Arte al fin y al cabo.
Así, el culto del
templo es en sí un tipo antiguo de evolución del sentimiento religioso hacia su
sublimación espiritual.
La historia de su
construcción como sus principales características físicas, se pueden encontrar
fácilmente en el Pentateuco o Torah, así como la semilla de la Leyenda de Hiram
Abif, que luego la Francmasonería Especulativa desarrolló en todo su esplendor
en el Ritual de Exaltación Masónica.
Pero también podemos
encontrar otras semillas simbólicas, cómo que durante la construcción del
Templo no se oía ningún repique de mazo contra cincel, porque todas las piedras
brutas ya habían sido canteadas fuera de él, en las canteras propiamente tal, y
dentro sólo se usaban mazos de madera, etc. Lo que puede ser el origen exotérico
de la orden “Silencio en Logia”, que expresa el V:.M:. al iniciar los trabajos
masónicos, para recordarnos que el desbaste de nuestros propios defectos se
realiza antes de ingresar al Templo y no en él.
Otra importante contribución
simbólica la podemos apreciar en el hecho que, esos antiguos albañiles debieron
seguir las especificaciones de los dibujos arquitectónicos de un trazado de
arquitectura. Conforme a ello, cortaron y escuadraron los materiales,
levantaron muros y construyeron arcos, combinaron la gracia y la belleza, con
la fuerza y la duración. Así, el trazado de arquitectura se constituyó en uno
de los símbolos elementales de la Francmasonería especulativa, derivando luego en
un símbolo de Ley Moral de aplicación universal y tolerante, lo que llevó
inevitablemente a la idea del G:.A:.D:.U:.
Se podría resumir entonces
la triada, Piedra Bruta, Piedra Cúbica y Trazado de Arquitectura, como los
elementos basales del “alfabeto simbólico” de la Francmasonería especulativa
original.
Por otra parte, en el Segundo
Libro de las Crónicas se mencionan tres clases de trabajadores, los que
llevaban la carga, los que tallaban la piedra y los directores del trabajo, es
decir, los Ish Sabal, los Ish Chotzeb y los Menatchim, lo
que sin duda tiene mucha relación con la forma en que, según la Leyenda del
Tercer Grado, Hiram Abif organizó a los constructores del Templo en Aprendices,
Compañeros y Maestros.
Lo siguiente que
resulta muy interesante observar es que los útiles de trabajo o herramientas
que se empleaban en las canteras eran pocos y sencillos, pues en realidad había
sólo dos imprescindibles, la regla de veinticuatro pulgadas o dos pies y el
mallete o martillo picapiedrero, el primero para medir las dimensiones de la
piedra que iban a preparar y el segundo para desbastarla. La Francmasonería
especulativa transformó su simbolismo para medir el tiempo y no las piedras, y
para purificar el corazón de todo vicio o imperfección y no para suavizar o
pulir el mármol.
Otro aspecto
fundamental del simbolismo de la Construcción del Templo, es que los antiguos
Misterios eran sólo para Iniciados y que éstos debían ser purificados antes de
ingresar al Templo, por tanto, aquí se tiene una vinculación directa con
nuestras prácticas de iniciación, los viajes de purificación y el uso del mandil
blanco.
Es claro que, con sólo
los elementos mencionados hasta ahora no se podría haber completado la
magnífica construcción, por tanto, los compañeros más avanzados debieron utilizar
instrumentos más complejos y precisos, la escuadra para asegurarse de trabajar
con piedras cúbicas, el nivel para colocar la hilada horizontalmente y
la plomada para construir el edificio con la verticalidad precisa. A
estos elementos la Francmasonería especulativa atribuyó los valores simbólicos
de instrumentos de moralidad, así el primero sirve para asegurar que los
resultados de nuestra conducta coincidan con los ditados de la justicia divina,
y que todos nuestros pensamientos, palabras y actos, sirvan para producir una
vida virtuosa; el segundo como símbolo de la igualdad de posición en términos
morales, tal que el Sol y la lluvia tocan a todos por igual; y el tercero, como
símbolo de la rectitud de conducta moral, de honradez incuestionable, de la
aspiración hacia las más altas virtudes.
Finalmente, el Tercer
Grado Masónico concreta todo el valor simbólico que pudiera faltar hasta ahora.
Eran los Maestros, los que daban el visto bueno final, para que obreros
expertos aplicaran el “cemento” que fija los materiales en su sitio y con ello unir
la construcción entera, hasta formar un masa resistente y compacta. De aquí que
la herramienta final, para los Maestros, es la llana, que servía para aplicar
el cemento y lograr un todo invariable. Se le atribuye entonces el simbolismo
del amor fraternal, ese cemento cuyo objeto consiste en unir a los Hermanos en
grupo armonioso y sagrado, limando cualquier aspereza que pudiera afectar dicha
unión.
La Escalera de
Caracol rumbo a la Cámara del Medio[4]
Esta idea tiene su
origen probablemente en Reyes VI.8, dónde dice: “La puerta de la Cámara de
en Medio estaba al lado derecho de la Casa[5]; y subíase por un caracol a la cámara del medio y del aposento del
medio al tercero”. Pero lamentablemente no existe una prueba histórica que
lo evidencie ni que se usara de la forma en que aplica en la actualidad para la
Francmasonería especulativa, lo que nosotros llamamos la S:.C:.M:.
Entonces se forja la
leyenda, cuya interpretación simbólica del objetivo de la Francmasonería
especulativa sería el investigar o buscar la Verdad divina. ¿Qué es lo
que en realidad se busca? La Luz intelectual de la Sabiduría y la Verdad. Y eso
se manifiesta en la Búsqueda de la Palabra Perdida, ella es el símbolo de la
Verdad, sin embargo, no la recuperamos en realidad, sólo obtenemos una Palabra
Sustituta, lo que nos enseña que, en este mundo, el hombre sólo puede tener una
idea aproximada de la Verdad, es decir, su propia Verdad.
Respecto a los
peldaños de la escalera de caracol, fue en Estados Unidos donde finalmente se
estableció que debían ser 15, los 3 primeros para la Sabiduría, la Fuerza y la
Belleza, los 5 siguientes para los 5 sentidos (los medios para alcanzar la
Verdad, o las 5 órdenes de arquitectura como su forma alegórica) y los últimos
7 para las Artes Liberales (trívium más cuadrivium). Todo esto,
es el camino del desarrollo de la Conciencia que debe seguir un masón.
En cualquier caso, el
Compañero masón es el encargado de la construcción de estas gradas, al menos para
el grupo de los 5 escalones que le permiten alcanzar el sitial del Primer
Vigilante para recibir sus instrucciones. Es decir, debe ser capaz de
purificarse así mismo, por los cuatro elementos, más el quinto, porque sólo el
perfecto iniciado será digno de recibir y aprehender las enseñanzas, pues como
bien enseña el hermetismo “cuando los oídos del estudiante están listos para
oír, entonces vienen los labios a llenarlos con sabiduría”.
Luego existe otro
aspecto simbólico importante, que son las pausas entre estos grupos de peldaños,
cuyo propósito es reunir las enseñanzas de cada grado. La primera, es
comprender la Organización masónica, el rango de los Jefes y Directores junto
con su aspecto moral. La segunda, es para entender la importancia de cultivar
el conocimiento práctico. Y la tercera, es para entender el valor de la ciencia
humana en la forma del círculo completo que constituían las antiguas siete
ciencias y artes liberales.
Así finalmente, la
Cámara del Medio, simboliza esta vida, donde únicamente puede darse el sustituto
de la palabra sagrada, donde sólo se percibe un vislumbre de la Verdad, y sin
embargo, aprendemos que esta Verdad ha de consistir en el conocimiento perfecto
del G:.A:.D:.U:. En esto consiste la recompensa con que se premia el francmasón; se le
pone en el camino de la Verdad, pero debe viajar y ascender hasta lograr
alcanzarla.
Reflexiones
Finales
L |
o primero que se puede
decir al revisar el desarrollo anterior es que la Francmasonería especulativa supo
recoger todo este acervo simbólico de la Construcción del Templo y lo redirigió
a la construcción del Templo personal de todo masón, es decir, la construcción
del Templo inmaterial del espíritu humano.
La Construcción del
Templo simboliza el basamento de los principales aspectos de la doctrina
masónica, las virtudes fundamentales, los métodos básicos y un sentido de
cuerpo consecuente y estable, con un propósito claro para el perfeccionamiento
del hombre y de la humanidad.
Nos pone en el camino
del desarrollo de la conciencia, para finalmente alcanzar la autarquía del
maestro, dónde la base para ello se soporta sobre el amor fraternal, pero, por
sobre todo, el simbolismo de la Construcción del Templo es lo que define a la
Francmasonería Simbólica como tal y es la fuente principal para la Leyenda del
Tercer Grado, es decir, viene a ser el equivalente simbólico a un Big Bang conceptual.
S:.F:.U:.
Leída la
Plancha de Arquitectura.
Bibliografía
·
MACKEY, Albert G. “El
Simbolismo Francmasónico”. Gran Logia de Chile. Chile. 2020.
[1] MACKEY, A. G. Chile. 2020.
[2] Nota del autor de
este trabajo: se habla por
ejemplo de la masonería noaquita, lo que es curioso porque por otra parte
“somos” del linaje de Tubalcaín, es decir, que existe un binomio de opuestos en
nuestro “origen”, dos ramas como los hijos de Seth y los hijos de Caín, el Arte
Sacerdotal vs el Arte Real... Pienso que esto se resuelve por sí solo, cuando
en realidad entendemos que la Masonería es el Grande Arte.
[3] MACKEY, A. G. Chile. 2020.
[4] MACKEY, A. G. Chile. 2020.
[5] Nota del Autor: se refiere a la Casa de Dios, es decir, al
Templo.
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