martes, 23 de abril de 2019

La importancia de la Gnosis numeral del N°7


Introducción


S
i todos los números enteros se basan en una sumatoria sobre la unidad, ¿por qué habría números más importantes que otros, si no fuera por su mayor valor? Esto que podría ser una observación matemática válida, choca rápidamente con otras distinciones que surgen de manera natural, como números pares o impares, números primos, números perfectos, los números de la serie de Fibonacci, etc. No es de extrañar entonces que los filósofos presocráticos y esoteristas de los antiguos misterios se dieran a la faena de especular respecto a la importancia y significado de los números, para extraer de ellos lo “mejor”.

Veamos algunas opiniones esotéricas respecto a este número:
·         Según el Ex Serenísimo G:. M:. Adeodato García Valenzuela[1] “…los números más importantes son 3, 7, 9, 10, 12, 40 y 70, siendo el 3 el más preponderante en magia y filosofía.”
·         Según Josh Irish[2], “… el 7 es el número de lo mental, simboliza sabiduría de y en el Misterio. Es inspiración para entender lo extraño, lo difícil, lo superior, lo esotérico, lo relativo al ‘más allá’. Tiene un significado altamente místico y de fortuna en el trabajo de estudio, de investigación de los grandes misterios.”
·         Según Eliphas Lévi[3]: “…El septenario es el número sagrado de todas las teogonías y símbolos, porque está compuesto por el ternario y el cuaternario.”
Es evidente entonces que se requiere que le dediquemos un estudio y atención particular al número 7, que es el tema de esta Plancha, puesto que tiene profundas raíces caldeas, que luego fueron perfeccionadas por los griegos, permitiendo el desarrollo de conceptos filosóficos sobre lo ontológico y lo sagrado, dónde el Gr:. Art:. nos da finalmente un atisbo de lo divino, para finalmente fascinarnos con revelaciones iniciáticas.



Desarrollo


E
n el Catecismo del Tercer Grado, nuestro Q:.H:. Wirth dice[4]: “El Aprendiz principia en sus meditaciones por la Unidad y el Binario para apoyarse en el Ternario, antes de dedicarse al Cuaternario, cuyo estudio está reservado al Compañero. Éste parte del cuatro para detenerse largamente en el cinco antes de abordar el seis y de prepararse para el estudio del siete. Corresponde al Maestro dilucidar los misterios del Septenario y aplicar el método pitagórico a los números más elevados.”

Así que, en los siguientes acápites pretenderemos dilucidar la gnosis numeral del 7, que sin duda se nutre de múltiples fuentes como las enunciadas en la Introducción de esta Plancha, que ha sido labrada a fuerza de Mazo y Cincel.

Los Caldeos


Se dice que el 7 establece, funda, crea, organiza, coordina, armoniza y produce; es decir tiene 7 características y que a la vez es uno de los números más importantes, ¿de dónde viene esto? Ya los antiguos Caldeos, según nos explica el Q:. H:. Wirth[5], lo consideraban el más importante de los números, así que construyeron la Torre de Babel con 7 pisos cúbicos para “…religar la Tierra con el Cielo, porque la divinidad se ejercía a los ojos de los magos por intermedio de una administración universal compuesta de siete Ministerios. Estos departamentos correspondían a los astros que recorren la bóveda celesteSol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno.” Y agrega que “A estas causas septenarias fue preciso atribuir la obra de la Creación… Estas causas coordinadoras han recibido su consagración en los días de la semana que les están dedicados como para perpetuar un culto que se remonta por lo menos a la civilización babilónica.”
El 7 y lo divino están presentes entonces desde las primeras reflexiones de nuestra civilización.

Los Pitagóricos



Por otra parte, según el autor José Soriano[6]: “Los pitagóricos, exaltaban las propiedades del siete porque suponían que este número era la segunda perfección de la unidad, el número de los números. Si la unidad es increada, el siete no se engendra con ninguno de los dígitos, salvo el uno... el septenario era para ellos el símbolo del espíritu inmortal. Significaba la imagen de todo lo perfecto. El siete, como el cuatro, representa a la unidad en otro plano, ya que pueden reducirse al uno de la misma forma: 7 -> 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28 -> 2 + 8 = 10 -> 1 + 0 = 1”
Vemos entonces el fundamento del pensamiento de lo sagrado en el mundo antiguo más allá de un culto a lo divino.

Lo Sagrado


Ya desde “nuestros orígenes” (los Misterios Menores – A:. R:. – y los Misterios Mayores – A:. S:. –) vemos que el 7 está marcado por lo sagrado, y esto ha llevado a la Humanidad a tratar de asociar con él muchos otros conocimientos, ya sea en forma consciente o inconsciente. Por ejemplo, las 7 notas musicales en realidad son 12 (equivalente a 3 por 4), pero en la octava del piano se dividen en 7 teclas blancas y 5 teclas negras, con lo cual se logra una representación hermética de la “…naturaleza más afinada a consecuencia de su acuerdo vibratorio con las 7 notas, que forman la gama de la armonía universal.”[7] Otro tanto pasó con los metales, los antiguos se afanaron en hacerlos calzar con 7 tipos. Además tenemos los 7 Principios Herméticos, 7 colores del arcoíris, los 7 chacras, las 7 virtudes (4 cardinales y 3 teologales), los 7 órganos de la acción (la garganta, los brazos, el ano, los órganos genitales y los pies)[8] y las 7 vocales (que los hombres pueden pronunciar por contacto dental, palatal, labial, nasal y labiodental)[9]. Incluso el hombre no se escapó de la caracterización en 7 tipos de acuerdo a lo físico y moral, aunque también lo podemos clasificar en cuatro tipos, nueve o doce, etc. Y así, pareciera que todo lo importante se debe poder relacionar con este número como ocurre con el Apocalipsis de San Juan y sus 7 sellos.

El Q:. H:. Wirth en su Libro del C:.[10] nos dice claramente que “el Septenario conduce a la Maestría”. Y para darnos una pequeña Luz agrega que este secreto se asocia a la inversión del signo del Azufre (nuestra energía expansiva de acuerdo al simbolismo de la Alquimia) que está formado por un triángulo y una cruz, es decir 3 + 4, el 7, “… es un triángulo invertido (signo del agua) coronado por una cruz que indica en este caso, una elaboración acabada, un trabajo de depuración y de perfeccionamiento gloriosamente terminado (el signo de la Gr:. Ob:.). Se trata aquí de un Agua que ha sufrido la serie completa de destilaciones purificadoras, gracias a las que se han exaltado sus propias cualidades. Esta substancia así sublimada y quintaesenciada, no es otra cosa que la personalidad o el alma humana integralmente purificada, fortificada por las pruebas de la existencia y llegada a un estado que le permite realizar lo que el vulgo llama milagros.” Aquí podemos ver una poderosa simbología de transmutación alquímica para el verdadero Iniciado,  pero por otra parte, resulta muy curioso el tema del agua como tal, porque que desde el punto de vista de la física pensaría que se describe el proceso del agua pesada, pero el isótopo de deuterio recién se descubrió en 1931, que en forma natural se encuentra en el agua normal en una proporción de aproximadamente 1 molécula en 3.200[11], por lo tanto la descripción esotérica anterior en ningún caso pudo pensar en esta analogía, y eso lo hace una coincidencia extraordinariamente interesante.
Entonces, ¿cómo es que el misterio del septenario nos lleva a este misterio del agua y qué tiene que ver con nosotros? Pues, a los antiguos filósofos presocráticos, los llamados filósofos de la naturaleza, les interesaba entender el origen de todos los cambios, algo de lo que todo provenía y a lo que todo volvía, y así fue que Tales de Mileto planteó la idea que eso era el Agua[12]. Por supuesto que a estas alturas de los tiempos sabemos que en realidad no es así, que hay átomos y subpartículas, pero resulta muy interesante cómo 6 siglos antes de la E:.V:. los filósofos se interesaban por desentrañar los misterios de la naturaleza y asociaron al agua propiedades notables, muchas de las cuales la siguen engrandeciendo al día de hoy y son fundamentales para la Vida, nuestra vida y perfeccionamiento.
¿Existe entonces una causa primera, responsable de toda esta cosmogonía?

Lo Divino


El Q:.H:. Wirth en el Libro del Maestro[13], nos dice que el 7mo sefirot Netzah que corresponde a la “Victoria, Triunfo y Firmeza, es el discernimiento que desentenebrece el caos, que coordina las fuerzas constructivas del mundo, que dirige su aplicación y asegura el Progreso”. En resumen, que es el G:.A:.D:.U:., pero este no es el primer sefirot que representa al concepto de Dios como tal que es Kether. Lo que concuerda plenamente con lo que dijo nuestro Ex G:. M:. Q:. H:. Orestes Frödden en 1951 E:.V:. frente a la G:. L:. U:. de In:.: “… para nosotros el G:.A:.D:.U:. es el lado material del Constructor del Universo, al que se debe venerar. No adoramos al G:.A:.D:.U:., le admiramos como un constructor, pero eso no es una religión.” Y luego agregó: “… en nuestro Ritual se presenta la fórmula del G:.A:.D:.U:. como una manifestación de respeto a todas las religiones y como un medio de alianza entre creyentes e incrédulos (del catolicismo) y una incógnita formidable para la Ciencia. No invocamos a Dios de una manera tal que pueda provocar confusión, porque eso nos llevaría al desastre.
Entonces, mi Tesis al citar estas referencias, es que el Arte Real venera al G:.A:.D:.U:., pero deja el tema de Dios para el Arte Sacerdotal, en una decisión tanto pragmática como sana para la especulación y la libertad de culto que nos plantea alternativas entre lo divino y lo mágico.

Lo Mágico


De acuerdo a Eliphas Lévi: “El número siete representa el poder de la magia en toda su fuerza; es el espíritu asistido por todos los poderes elementales; es el alma servida por la naturaleza, es el sanctum regnum de lo que se habla en las Claves de Salomón, y está representado en séptimo arcano mayor del Tarot, por el guerrero coronado con un triángulo en su armadura, y de pie sobre un cubo, al cual se enganchan dos esfinges, una blanca, la otra negra, que tiran en direcciones contrarias mientras vuelven la cabeza para mirarse una a la otra.”
Y continúa: “Este guerrero está armado con una espada flamígera, y en su otra mano tiene un cetro sobre el que se montan un triángulo y una bola.

El cubo es la piedra del filósofo, las esfinges son las dos fuerzas del Grande Agente, correspondientes a J:. y B:., que son las dos columnas del Templo; la armadura es la ciencia de las cosas divinas que hace que el sabio sea invulnerable a los ataques humanos; la espada flamígera es el símbolo de la victoria sobre el vicio, del cual hay siete, como las virtudes; las ideas de estas virtudes y estos vicios fueron dibujadas por los antiguos en la forma de los símbolos de los siete planetas conocidos en ese momento.
Así la fe, esa aspiración al infinito, esa noble confianza en uno mismo, apoyada por la creencia en todas las virtudes, la fe, que en personas de naturaleza débil puede degenerar en orgullo, fue representada por el Sol; la esperanza, el enemigo de la avaricia, está representada por la Luna; la caridad, opuesta a la lujuria, está representada por Venus, la brillante estrella de la mañana y el atardecer; la fuerza, superior a la ira, está representada por Marte; la prudencia, opuesta a la pereza, está representada por Mercurio; la templanza, opuesta a la gula, está representada por Saturno, a quien le damos una piedra para comer en lugar de sus hijos; y finalmente, la justicia, opuesta a la envidia, está representada por Júpiter, vencedor de los titanes. Esos son los símbolos que la astrología toma del culto helénico.”
Y lo que hemos visto de nuestra F:.M:.S:. es que en nuestros rituales se practica una bella Magia Blanca, que pretende el bienestar de todos los QQ:.HH:. y por ende de la Humanidad[14].
Pero si los magos de la antigüedad eran hombres sabios, ¿cuáles son los conocimientos que pueden estar ocultos de la mano del número 7?


El Esoterismo de las Matemáticas y el Tarot


Eliphas Lévi[15] nos da al respecto una pista extraordinaria: “Sin el Tarot, la magia de los antiguos es un libro cerrado para nosotros, y es imposible penetrar en cualquiera de los grandes misterios de la Kabbalah. Solo el Tarot proporciona la interpretación de los cuadrados mágicos de Agripa y de Paracelso; cómo podemos convencernos formando estos mismos cuadrados con las cartas del Tarot y leyendo los jeroglíficos, que se encuentran así ensamblados.”
Los siete cuadrados mágicos de los espíritus planetarios de acuerdo con Paracelso[16] son:

Saturno
Júpiter
Marte

Sol
Venus
Mercurio


Luna



Según Eliphas Lévi[17] “Al sumar cada una de las columnas de estos cuadrados, se obtiene invariablemente el número característico del planeta, y al encontrar la explicación de ese número a través de los jeroglíficos del Tarot, se encuentra el significado de todas sus figuras, ya sea triangular, cuadrada, o cruciforme. La consecuencia de esta operación resultará en una comprensión completa y profunda de todas las alegorías y de todos los misterios ocultos por los antiguos bajo el símbolo de cada planeta, o más bien de cada personificación de las influencias, tanto celestes como humanas, que gobiernan todos los acontecimientos de la vida.” Jung sin duda debe haber estado muy feliz con esto.
Entonces, como podemos ver, los números dan para mucho, pero es hora de volver al principio, como el viejo Ouroboros.

La Gnosis Numeral


La Gnosis antigua nos explica cómo de la Unidad del Todo pasamos a la Dualidad de la Ilusión y luego al Ternario de la Realización. Es en este punto dónde nuestro Q:. H:. Wirth[18] nos señala la importancia del Mercurio, Azufre y Sal, cómo estos tres principios fundamentales dan origen alquímico a los cuatro elementos esenciales Fuego, Aire, Agua y Tierra, que durante los primeros siglos del despertar del pensamiento filosófico se disputaron la condición de primer elemento esencial para todos los demás, hasta que apareció la idea de la quintaesencia.
Por otra parte, la simbología de los cuatro elementos surge de manera casi natural a partir de la Estrella de David[19] o Hexagrama, por lo cual el Q:. H:. Wirth nos dice que “… el Aire es Fuego temperado por el Agua y la Tierra es Agua secada por el Fuego; las líneas horizontales que atraviesan los triángulos son, en efecto, para el Aire la base del triángulo de Agua y para la Tierra la base del triángulo de Fuego.” Y es en este Hexagrama dónde surge el 7 como “…la Armonía del justo equilibrio establecido entre elementos diferentes.”
Sin embargo existe otra mirada, según el Q:. H:. Wirth[20], que nos explica la importancia del 7, esto es la TriUnidad Septenaria, que era o es visible en el Mandil de los Maestros, formado por 3 círculos que se superponen entre sí.  Esta figura si se grafica genera 7 áreas. El primer círculo representa al Oro (color rojo) y representa al Sol, es el Espíritu que anima la Materia, el Azufre de los Alquimistas. Luego un círculo de Plata que representa a la Luna (color azul), esposa del Espíritu, el Mercurio de los Hermetistas. Y el último círculo de Bronce (color amarillo) o Plomo, que representa a Saturno, lo material, la roca que provee la piedra bruta (supondría que se trata de la Sal Alquímica), es decir, es punto de partida de la Gr:. Ob:. El área entre el Sol y la Luna representa a Júpiter, al Estaño, el más liviano de los metales, opuesto a Saturno, este dios corresponde a la espiritualidad, su color es el púrpura (tal como ocurre al superponer lentes de colores). El espacio común a los 3 colores primordiales es de color blanco, representa a Mercurio, la Quinta Esencia, el fluido de los magenitizadores. El área entre la Luna y Saturno representa a Venus (color verde), la sensibilidad física. Y el área entre el Sol y Saturno representa a Marte (color escarlata), el instinto de conservación.
Si bien estos 7 elementos se pueden combinar de otras formas, son todas análogas y destacan las reglas del pensamiento e inteligencia para formular un principio tan mágico como la Triunidad del Septenario, que en su momento fue como la Ley Unificada de la Gravedad y el Electromagnetismo, sellando para siempre su relación con  lo extraño, lo difícil, lo superior, lo esotérico y lo relativo al ‘más allá’.

Saberes Concretos de los Iniciados


Pero también existe una contraparte más práctica que como indica el Q:. H:. Wirth se refiere a las 7 gradas necesarias para alcanzar la Maestría, que hace una clara referencia a los años de estudio que antiguamente eran 7, a las 7 virtudes ya mencionadas, y a las 7 Artes Liberales que debían dominar los Maestros: el Trívium (gramática, lógica y retórica) y el Quadrivium (matemática, geometría, música y astronomía).
Recordemos aquí, que los antiguos protegieron las Artes Liberales y las salvaron dentro de las columnas B:. y J:., la primera de mármol para protegerlas del fuego, y la segunda de ladrillo para protegerlas del agua. Así la ira de Dios no podría destruir nuestra cultura ni por la ira del azufre y fuego, ni por el diluvio.
Estas columnas, dice la leyenda, fueron encontradas por Hermes Trimegisto y por Pitágoras, siendo así que el conocimiento de los Grandes Iniciados sobrevivió al paso de las eras y sus tormentos.


Reflexiones Finales


N
o cabe duda que el número 7 reúne propiedades matemáticas que lo convirtieron en un ideal esotérico tan potente que luego todo el conocimiento más gravitante ha buscado asociarse nuevamente a él.
Sin embargo, los conceptos de unión del espíritu y la materia, la Triunidad del Septenario son tan simples, naturales y potentes en este número que es imposible resistirse a su magia y a los múltiples caminos hacia los que nos conduce la gnosis numeral del septenario.
Pero, por mucho que caigamos en la tentación de continuar asociando elementos y conceptos al número 7, para dotarlos de mayor valor, no me deja de sorprender que a través de los 7 cuadrados mágicos, cuya formación no es trivial y requiere mucha reflexión matemática (excelente ejercicio mental para los fines de semana), dispongamos de la llave o clave para resolver enigmas mayores como los que la Kabbalah nos plantea por su vinculación con los Arquetipos junguianos del Tarot, porque entramos de lleno en el gran misterio de la revelaciones, de saberes que por sí mismo están más allá del alcance humano y que por el hecho de conocerlos nos encontramos frente a una sabiduría arcana que tiene grandes implicancias para la vida cotidiana. ¿Será puro sesgo de confirmación?, ¿estamos frente una fantástica construcción arquetípica, filosófica, ontológica, sagrada y divina, que nos hemos inventado o hay algo más detrás de estas intrincadas verdades heredadas de los Antiguos y sus columnas y que hoy son iluminadas por la psicología moderna?

Finalmente, creo que cualquiera sea la verdad de la gnosis numeral del 7, ésta de una u otra manera nos conduce al camino de las 7 Virtudes, que para mí es lo más importante y concreto aquí, porque nos habla del perfeccionamiento material y espiritual al que como Iniciados todos los francmasones debemos aspirar.

S:.F:.U:.

Bibliografía


Referencia
Detalle
Autor
1
El Tarot, La Baraja Profética
Josh Irish
2
El Libro del Compañero
Q:.H:. Oswald Wirth
3
N° 25 / Cuadernos Simbólicos / Símbolos, Mitos y Leyendas
Ex Serenísimo G:.M:. Adeodato García Valenzuela
4
El Libro del Maestro
Q:.H:. Oswald Wirth
5

Wikipedia
6
El Mundo de Sofía
Jostein Gaarder
7
Manual del Maestro
Magister
8
The Doctrine and Ritual of High Magic
Eliphas Lévi / John Michael Greer y Mark Anthony Mikituk
9
La Estética, La Iniciática Pitagórica Y Su Relación Con La Masonería
José Ramón Soriano Pons
10
Revista Masónica: Edición Especial 300 Años de la Masonería Especulativa
G:.L:. de Chile
11
El Libro del Aprendiz
Q:.H:. Julio Superby



[1] Véase la referencia 3.
[2] Véase la referencia 1.
[3] Véase la referencia 8.
[4] Véase la referencia 4.
[5] Véase la referencia 4.
[6] Véase la referencia 9.
[7] Véase la referencia 4.
[8] Véase la referencia 7.
[9] Véase la referencia 7.
[10] Véase la referencia 2.
[11] Véase la referencia 5.
[12] Véase la referencia 6.
[13] Véase la referencia 4.
[14] Véase la referencia 11.
[15] Véase la referencia 8.
[16] Véase la Referencia 8.
[17] Véase la referencia 8.
[18] Véase la referencia 2.
[19] Véase la referencia 2.
[20] Véase la referencia 4.

No hay comentarios: