Introducción
S
|
i todos los números enteros se basan en una sumatoria
sobre la unidad, ¿por qué habría números más importantes que otros, si no fuera
por su mayor valor? Esto que podría ser una observación matemática válida,
choca rápidamente con otras distinciones que surgen de manera natural, como
números pares o impares, números primos, números perfectos, los números de la serie
de Fibonacci, etc. No es de extrañar entonces que los filósofos presocráticos y
esoteristas de los antiguos misterios se dieran a la faena de especular
respecto a la importancia y significado de los números, para extraer de ellos
lo “mejor”.
Veamos algunas opiniones esotéricas respecto a este
número:
·
Según el Ex Serenísimo G:. M:. Adeodato García Valenzuela[1]
“…los números más importantes son 3, 7,
9, 10, 12, 40 y 70, siendo el 3 el más preponderante en magia y filosofía.”
·
Según Josh Irish[2],
“… el 7 es el número de lo mental,
simboliza sabiduría de y en el Misterio. Es inspiración para entender lo
extraño, lo difícil, lo superior, lo esotérico, lo relativo al ‘más allá’.
Tiene un significado altamente místico y de fortuna en el trabajo de estudio,
de investigación de los grandes misterios.”
·
Según Eliphas Lévi[3]: “…El septenario es el número sagrado de todas las teogonías y símbolos, porque está compuesto por el ternario y el
cuaternario.”
Es evidente entonces que se requiere que le dediquemos
un estudio y atención particular al número 7, que es el tema de esta Plancha,
puesto que tiene profundas raíces caldeas, que luego fueron perfeccionadas por
los griegos, permitiendo el desarrollo de conceptos filosóficos sobre lo
ontológico y lo sagrado, dónde el Gr:. Art:. nos da finalmente un atisbo de lo
divino, para finalmente fascinarnos con revelaciones iniciáticas.
Desarrollo
E
|
n el Catecismo
del Tercer Grado, nuestro Q:.H:.
Wirth dice[4]:
“El Aprendiz
principia en sus meditaciones por la Unidad
y el Binario para apoyarse en el Ternario, antes de dedicarse al Cuaternario, cuyo estudio está
reservado al Compañero. Éste parte
del cuatro para detenerse largamente
en el cinco antes de abordar el seis y de prepararse para el estudio
del siete. Corresponde al Maestro dilucidar los misterios del Septenario y aplicar
el método pitagórico a los números más elevados.”
Así que, en los siguientes acápites pretenderemos
dilucidar la gnosis numeral del 7, que sin duda se nutre de
múltiples fuentes como las enunciadas en la Introducción de esta Plancha, que
ha sido labrada a fuerza de Mazo y Cincel.
Los Caldeos
Se dice que el 7 establece,
funda, crea, organiza, coordina, armoniza y produce; es decir tiene 7
características y que a la vez es uno de los números más importantes, ¿de dónde
viene esto? Ya los antiguos Caldeos, según nos explica el Q:. H:. Wirth[5],
lo consideraban el más importante de los números, así que construyeron la Torre de Babel con 7 pisos cúbicos para “…religar la Tierra con el Cielo, porque
la divinidad se ejercía a los ojos de los magos
por intermedio de una administración universal compuesta de siete Ministerios. Estos departamentos
correspondían a los astros que
recorren la bóveda celeste… Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus
y Saturno.” Y agrega que “A estas
causas septenarias fue preciso atribuir la obra de la Creación… Estas causas coordinadoras han recibido su
consagración en los días de la semana que les están dedicados como para
perpetuar un culto que se remonta por lo menos a la civilización babilónica.”
El 7 y lo divino están presentes entonces desde las
primeras reflexiones de nuestra civilización.
Los Pitagóricos
|
Vemos entonces el fundamento del pensamiento de lo
sagrado en el mundo antiguo más allá de un culto a lo divino.
Lo Sagrado
Ya desde “nuestros
orígenes” (los Misterios Menores
– A:. R:. – y los Misterios Mayores
– A:. S:. –) vemos que el 7 está marcado por lo sagrado, y esto ha llevado a
la Humanidad a tratar de asociar con él muchos otros conocimientos, ya sea en
forma consciente o inconsciente. Por ejemplo, las 7 notas musicales en realidad son 12 (equivalente a 3 por 4), pero
en la octava del piano se dividen en 7 teclas blancas y 5 teclas negras, con
lo cual se logra una representación hermética de la “…naturaleza más afinada a consecuencia de su acuerdo vibratorio con las
7 notas, que forman la gama de la armonía universal.”[7] Otro tanto pasó
con los metales, los antiguos se afanaron en hacerlos calzar con 7 tipos.
Además tenemos los 7 Principios
Herméticos, 7 colores del
arcoíris, los 7 chacras, las 7 virtudes (4 cardinales y 3
teologales), los 7 órganos de la
acción (la garganta, los brazos, el ano, los órganos genitales y los pies)[8]
y las 7 vocales (que los hombres
pueden pronunciar por contacto dental, palatal, labial, nasal y labiodental)[9].
Incluso el hombre no se escapó de la caracterización en 7 tipos de acuerdo a
lo físico y moral, aunque también lo podemos clasificar en cuatro tipos,
nueve o doce, etc. Y así, pareciera que todo lo importante se debe poder
relacionar con este número como ocurre con el Apocalipsis de San Juan y sus 7 sellos.
|
|
El Q:. H:.
Wirth en su Libro del C:.[10]
nos dice claramente que “el Septenario conduce a la Maestría”.
Y para darnos una pequeña Luz agrega que este secreto se asocia a la inversión
del signo del Azufre (nuestra
energía expansiva de acuerdo al simbolismo de la Alquimia) que está formado por un triángulo y una cruz, es
decir 3 + 4, el 7, “… es un triángulo
invertido (signo del agua) coronado
por una cruz que indica en este caso, una elaboración
acabada, un trabajo de depuración y de perfeccionamiento gloriosamente
terminado (el signo de la Gr:. Ob:.). Se trata aquí de un Agua que ha sufrido la serie completa de destilaciones
purificadoras, gracias a las que se han exaltado sus propias cualidades. Esta
substancia así sublimada y quintaesenciada,
no es otra cosa que la personalidad o el alma humana integralmente purificada,
fortificada por las pruebas de la existencia y llegada a un estado que le
permite realizar lo que el vulgo llama milagros.” Aquí podemos ver una
poderosa simbología de transmutación alquímica para el verdadero Iniciado, pero por otra parte, resulta muy curioso el
tema del agua como tal, porque que desde el punto de vista de la física
pensaría que se describe el proceso del agua
pesada, pero el isótopo de deuterio
recién se descubrió en 1931, que en forma natural se encuentra en el agua
normal en una proporción de aproximadamente 1 molécula en 3.200[11],
por lo tanto la descripción esotérica anterior en ningún caso pudo pensar en
esta analogía, y eso lo hace una coincidencia extraordinariamente interesante.
Entonces, ¿cómo es que el misterio del septenario nos lleva a este misterio
del agua y qué tiene que ver con nosotros? Pues, a los antiguos filósofos presocráticos, los llamados filósofos de la naturaleza, les
interesaba entender el origen de todos los cambios, algo de lo que todo
provenía y a lo que todo volvía, y así fue que Tales de Mileto planteó la idea que eso era el Agua[12].
Por supuesto que a estas alturas de los tiempos sabemos que en realidad no es
así, que hay átomos y subpartículas, pero resulta muy interesante cómo 6 siglos
antes de la E:.V:. los filósofos se interesaban por desentrañar los misterios
de la naturaleza y asociaron al agua propiedades notables, muchas de las cuales
la siguen engrandeciendo al día de hoy y son fundamentales para la Vida,
nuestra vida y perfeccionamiento.
¿Existe entonces una causa primera, responsable de
toda esta cosmogonía?
Lo Divino
El Q:.H:. Wirth
en el Libro del Maestro[13],
nos dice que el 7mo sefirot Netzah
que corresponde a la “Victoria, Triunfo y
Firmeza, es el discernimiento que desentenebrece el caos, que coordina las
fuerzas constructivas del mundo, que dirige su aplicación y asegura el Progreso”.
En resumen, que es el G:.A:.D:.U:., pero este no es el primer sefirot que
representa al concepto de Dios como tal que es Kether. Lo que concuerda plenamente con lo que dijo nuestro Ex G:.
M:. Q:. H:. Orestes Frödden en 1951
E:.V:. frente a la G:. L:. U:. de In:.: “…
para nosotros el G:.A:.D:.U:. es el lado material del Constructor del Universo, al que se debe venerar. No adoramos al
G:.A:.D:.U:., le admiramos como un constructor, pero eso no es una religión.”
Y luego agregó: “… en nuestro Ritual se
presenta la fórmula del G:.A:.D:.U:. como una manifestación de respeto a todas
las religiones y como un medio de alianza entre creyentes e incrédulos (del
catolicismo) y una incógnita formidable para la Ciencia. No invocamos a Dios de
una manera tal que pueda provocar confusión, porque eso nos llevaría al
desastre.”
Entonces, mi Tesis al citar estas referencias, es que
el Arte Real venera al G:.A:.D:.U:., pero deja el tema de Dios para el Arte
Sacerdotal, en una decisión tanto pragmática como sana para la especulación y
la libertad de culto que nos plantea alternativas entre lo divino y lo mágico.
Lo Mágico
De acuerdo a Eliphas
Lévi: “El número siete representa
el poder de la magia en toda su fuerza; es el espíritu asistido por todos los
poderes elementales; es el alma servida por la naturaleza, es el sanctum regnum de lo que se habla en
las Claves de Salomón, y está
representado en séptimo arcano mayor del Tarot,
por el guerrero coronado con un triángulo en su armadura, y de pie sobre un
cubo, al cual se enganchan dos esfinges, una blanca, la otra negra, que tiran
en direcciones contrarias mientras vuelven la cabeza para mirarse una a la
otra.”
Y continúa: “Este
guerrero está armado con una espada flamígera, y en su otra mano tiene un
cetro sobre el que se montan un triángulo y una bola.
|
|
El
cubo es la piedra del filósofo, las esfinges son las dos fuerzas del Grande Agente, correspondientes a J:. y B:., que son las dos columnas del Templo; la armadura es
la ciencia de las cosas divinas que hace que el sabio sea invulnerable a los ataques humanos; la espada flamígera es el símbolo de la
victoria sobre el vicio, del cual hay siete, como las virtudes; las ideas de
estas virtudes y estos vicios fueron dibujadas por los antiguos en la forma de
los símbolos de los siete planetas
conocidos en ese momento.
Así la fe, esa aspiración al infinito, esa noble confianza en uno mismo,
apoyada por la creencia en todas las virtudes, la fe, que en personas de naturaleza débil puede degenerar en orgullo, fue representada por el Sol; la esperanza, el enemigo de la avaricia, está representada por la Luna; la caridad, opuesta a la lujuria, está representada por Venus, la brillante estrella de la
mañana y el atardecer; la fuerza,
superior a la ira, está representada por Marte;
la prudencia, opuesta a la pereza,
está representada por Mercurio; la templanza, opuesta a la gula, está
representada por Saturno, a quien le
damos una piedra para comer en lugar de sus hijos; y finalmente, la justicia, opuesta a la envidia, está
representada por Júpiter, vencedor
de los titanes. Esos son los símbolos que la astrología toma del culto
helénico.”
Y lo que hemos visto de nuestra F:.M:.S:. es que en
nuestros rituales se practica una bella Magia Blanca, que pretende el bienestar
de todos los QQ:.HH:. y por ende de la Humanidad[14].
Pero si los magos de la antigüedad eran hombres
sabios, ¿cuáles son los conocimientos que pueden estar ocultos de la mano del
número 7?
El Esoterismo
de las Matemáticas y el Tarot
Eliphas
Lévi[15]
nos da al respecto una pista extraordinaria: “Sin el Tarot, la magia de
los antiguos es un libro cerrado para nosotros, y es imposible penetrar en
cualquiera de los grandes misterios de la Kabbalah.
Solo el Tarot proporciona la
interpretación de los cuadrados mágicos
de Agripa y de Paracelso; cómo podemos convencernos formando estos mismos
cuadrados con las cartas del Tarot y
leyendo los jeroglíficos, que se encuentran así ensamblados.”
Saturno
|
Júpiter
|
Marte
|
Sol
|
Venus
|
Mercurio
|
Luna
|
|
Según Eliphas
Lévi[17] “Al sumar cada una de las columnas de
estos cuadrados, se obtiene invariablemente el número característico del
planeta, y al encontrar la explicación de ese número a través de los
jeroglíficos del Tarot, se encuentra
el significado de todas sus figuras, ya sea triangular, cuadrada, o cruciforme.
La consecuencia de esta operación resultará en una comprensión completa y profunda de todas las alegorías y de todos los
misterios ocultos por los antiguos bajo el símbolo de cada planeta, o más
bien de cada personificación de las influencias, tanto celestes como humanas,
que gobiernan todos los acontecimientos de la vida.” Jung
sin duda debe haber estado muy feliz con esto.
Entonces, como podemos ver, los números dan para
mucho, pero es hora de volver al principio, como el viejo Ouroboros.
La Gnosis
Numeral
La Gnosis
antigua nos explica cómo de la Unidad
del Todo pasamos a la Dualidad de la
Ilusión y luego al Ternario de la
Realización. Es en este punto dónde nuestro Q:. H:. Wirth[18]
nos señala la importancia del Mercurio,
Azufre y Sal, cómo estos tres principios fundamentales dan origen alquímico
a los cuatro elementos esenciales Fuego,
Aire, Agua y Tierra, que durante los primeros siglos del despertar del
pensamiento filosófico se disputaron la condición de primer elemento esencial
para todos los demás, hasta que apareció la idea de la quintaesencia.
Por otra parte, la simbología de los cuatro elementos
surge de manera casi natural a partir de la Estrella de David[19]
o Hexagrama, por lo cual el Q:. H:. Wirth nos dice que “… el Aire
es Fuego temperado por el Agua y la Tierra
es Agua secada por el Fuego; las líneas horizontales que atraviesan los
triángulos son, en efecto, para el Aire
la base del triángulo de Agua y para la Tierra
la base del triángulo de Fuego.” Y es en este Hexagrama dónde surge el 7 como “…la Armonía del justo equilibrio establecido entre elementos
diferentes.”
Sin embargo existe otra mirada, según el Q:. H:. Wirth[20],
que nos explica la importancia del 7, esto es la TriUnidad Septenaria, que era o es visible en el Mandil de los Maestros, formado por 3 círculos que se superponen entre sí. Esta figura si se grafica genera 7 áreas. El
primer círculo representa al Oro
(color rojo) y representa al Sol, es
el Espíritu que anima la Materia, el Azufre
de los Alquimistas. Luego un círculo de Plata
que representa a la Luna (color
azul), esposa del Espíritu, el Mercurio
de los Hermetistas. Y el último círculo de Bronce
(color amarillo) o Plomo, que representa a Saturno,
lo material, la roca que provee la piedra bruta (supondría que se trata de la Sal Alquímica), es decir, es punto de
partida de la Gr:. Ob:. El área
entre el Sol y la Luna representa a Júpiter,
al Estaño, el más liviano de los
metales, opuesto a Saturno, este dios corresponde a la espiritualidad, su color
es el púrpura (tal como ocurre al superponer lentes de colores). El espacio
común a los 3 colores primordiales es de color blanco, representa a Mercurio, la Quinta Esencia, el fluido de los magenitizadores. El área entre la
Luna y Saturno representa a Venus
(color verde), la sensibilidad física. Y el área entre el Sol y Saturno
representa a Marte (color
escarlata), el instinto de conservación.
Si bien estos 7 elementos se pueden combinar de otras
formas, son todas análogas y destacan las reglas del pensamiento e inteligencia
para formular un principio tan mágico como la Triunidad del Septenario, que en su momento fue como la Ley Unificada de la Gravedad y el
Electromagnetismo, sellando para siempre su relación con lo
extraño, lo difícil, lo superior, lo esotérico y lo relativo al ‘más allá’.
Saberes
Concretos de los Iniciados
Pero también existe una contraparte más práctica que
como indica el Q:. H:. Wirth se
refiere a las 7 gradas necesarias para
alcanzar la Maestría, que hace una clara referencia a los años de estudio que antiguamente
eran 7, a las 7 virtudes ya
mencionadas, y a las 7 Artes Liberales
que debían dominar los Maestros: el Trívium
(gramática, lógica y retórica) y el Quadrivium
(matemática, geometría, música y astronomía).
Recordemos aquí, que los antiguos protegieron las Artes Liberales y las salvaron dentro
de las columnas B:. y J:., la primera de mármol para protegerlas del fuego, y
la segunda de ladrillo para protegerlas del agua. Así la ira de Dios no podría
destruir nuestra cultura ni por la ira del azufre y fuego, ni por el diluvio.
Estas columnas, dice la leyenda, fueron encontradas
por Hermes Trimegisto y por Pitágoras, siendo así que el conocimiento de los
Grandes Iniciados sobrevivió al paso de las eras y sus tormentos.
Reflexiones
Finales
N
|
o cabe duda que el número 7 reúne propiedades matemáticas
que lo convirtieron en un ideal
esotérico tan potente que luego todo el conocimiento más gravitante ha
buscado asociarse nuevamente a él.
Sin embargo, los conceptos de unión del espíritu y la materia, la Triunidad del Septenario son tan simples, naturales y potentes en
este número que es imposible resistirse a su magia y a los múltiples caminos
hacia los que nos conduce la gnosis
numeral del septenario.
Pero, por mucho que caigamos en la tentación de continuar
asociando elementos y conceptos al número 7, para dotarlos de mayor valor, no
me deja de sorprender que a través de los 7
cuadrados mágicos, cuya formación no es trivial y requiere mucha reflexión
matemática (excelente ejercicio mental para los fines de semana), dispongamos
de la llave o clave para resolver enigmas mayores como los que la Kabbalah nos plantea por su vinculación
con los Arquetipos junguianos del Tarot, porque entramos de lleno en el
gran misterio de la revelaciones, de saberes que por sí mismo están más allá del
alcance humano y que por el hecho de conocerlos nos encontramos frente a una
sabiduría arcana que tiene grandes implicancias para la vida cotidiana. ¿Será
puro sesgo de confirmación?, ¿estamos frente una fantástica construcción arquetípica,
filosófica, ontológica, sagrada y divina, que nos hemos inventado o hay algo
más detrás de estas intrincadas verdades heredadas de los Antiguos y sus
columnas y que hoy son iluminadas por la psicología moderna?
Finalmente, creo que cualquiera sea la verdad de la gnosis numeral del 7, ésta de una u
otra manera nos conduce al camino de las 7
Virtudes, que para mí es lo más importante y concreto aquí, porque nos
habla del perfeccionamiento material y espiritual al que como Iniciados todos
los francmasones debemos aspirar.
S:.F:.U:.
Bibliografía
Referencia
|
Detalle
|
Autor
|
1
|
El Tarot, La Baraja Profética
|
Josh Irish
|
2
|
El Libro del Compañero
|
Q:.H:. Oswald Wirth
|
3
|
N° 25 / Cuadernos Simbólicos / Símbolos, Mitos y
Leyendas
|
Ex Serenísimo G:.M:. Adeodato García Valenzuela
|
4
|
El Libro del Maestro
|
Q:.H:. Oswald Wirth
|
5
|
|
Wikipedia
|
6
|
El Mundo de Sofía
|
Jostein Gaarder
|
7
|
Manual del Maestro
|
Magister
|
8
|
The Doctrine and Ritual of High Magic
|
Eliphas Lévi / John Michael Greer y Mark Anthony
Mikituk
|
9
|
La Estética, La Iniciática Pitagórica Y Su Relación
Con La Masonería
|
José Ramón Soriano Pons
|
10
|
Revista Masónica: Edición Especial 300 Años de la
Masonería Especulativa
|
G:.L:. de Chile
|
11
|
El Libro del Aprendiz
|
Q:.H:. Julio Superby
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario