domingo, 29 de mayo de 2022

La Construcción del Templo

 A L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

 

VV:.MM:. todos,

 

La Construcción del Templo de Salomón

 

"Los bosques fueron los primeros templos divinos. Antes de que el hombre aprendiese a cincelar columnas, colocar arquitrabes y extender encima de ellos la techumbre; antes de que fabricase la elevada cúpula, que recoge y rechaza el son de los motetes, se prosternaba en el bosque sombrío y silencioso y ofrendaba al Todopoderoso sus súplicas y su acción de gracias."

William C. Bryant

 

Introducción

 

E

sta Plancha sobre “La Construcción del Templo de Salomón” se refiere a basamentos doctrinarios y aspectos simbólicos fundamentales para la Francmasonería Simbólica.

Sobre la construcción del Templo del Rey Salomón, tanto la Torah como la Biblia se refieren a ella con cierto nivel de detalles que en esta oportunidad no serán referidos, por considerar que en general ellos no son tan relevantes al aporte del simbolismo masónico, y aquellos que sí lo son, serán mencionados en forma explícita.

Para abordar el tema se escogió, básicamente una única fuente, un texto llamado “El Simbolismo Francmasónico” de Albert G. Mackey, que fue publicado por la Gran Logia de Chile el 2020 e:.v:.

Este trabajo ha estructurado su desarrollo en ciertas leyendas del origen de la Francmasonería especulativa, el Simbolismo de la Construcción del Templo como un basamento fundacional de la doctrina masónica, y finalmente un atisbo adicional en relación con la creación del Tercer Grado a través de la enigmática Escalera de Caracol del Templo.

Se deja un último capítulo para las reflexiones de este cantero.


 

Desarrollo

 

A

ntes de que el pueblo de Israel construyera su primer Templo como tal, construyeron un tabernáculo o templo portátil, por tanto, es posible imaginar que debieron “recorrer” un cierto camino, vivir un debido proceso, antes de concebir la idea de tal primera gran edificación. ¿Cuánto hay de historia y cuánto de leyenda? ¿Y cómo diferenciarles? Son preguntas que exceden el propósito de este trabajo, pero al investigar el simbolismo de la Construcción del Templo emergió con mucha potencia y claridad lo que podríamos llamar la doctrina masónica original.

 

Leyendas de orígenes masónicos[1]

Existe una masonería primitiva que se especula deriva de Noe[2] y que abarca tradiciones sobre la naturaleza de Dios y del alma. Al respecto, se produjo una suerte de división, después del Diluvio Universal, tal que, nacieron múltiples religiones politeístas e idolátricas, mientras que un grupo reducido conservó y transmitió las tradiciones originales en nombre de la Francmasonería primitiva de la antigüedad. Por otra parte, algunos politeístas, conservaron conocimientos de esas tradiciones y formaron los antiguos Misterios, creando así otra rama de la ciencia especulativa que se ha denominado como la Francmasonería Espuria de la Antigüedad.

Así se llega a la época de la construcción del Templo del Rey Salomón con un claro propósito simbólico en sí mismo. ¿Cómo es que ocurre el proceso de transformación de la idea de un Templo material por una ciencia simbólica?

Lo primero es reconocer que en Tiro existía una secta o división de francmasones espurios, llamada Fraternidad Dionisíaca de Artífices que practicaba la ciencia especulativa junto con el arte arquitectónico.

Lo segundo es que se produjo en esa construcción una especie de sincretismo entre la primitiva francmasonería israelita y la francmasonería espuria de los arquitectos de Tiro. Siendo ésta una de las primeras uniones entre la Francmasonería Especulativa con la Francmasonería Operativa de la Humanidad, conforme a esta leyenda.

 

El Simbolismo de la Construcción del Templo de Salomón[3]

Ahora, ya se tiene un posible origen de cómo fue que se simbolizó el arte operativo a través de una ciencia especulativa. Y a falta de otro antecedente más contundente, es posible suponer que la Francmasonería especulativa data al menos desde la construcción del Templo del Rey Salomón.

Este templo material fue erigido para dedicarlo al servicio y adoración de Dios, pero al mismo tiempo como una especie de oráculo, para gobernar y dirigir a su pueblo, es decir, la unión del Arte Real con el Arte Sacerdotal, el Grande Arte al fin y al cabo.

Así, el culto del templo es en sí un tipo antiguo de evolución del sentimiento religioso hacia su sublimación espiritual.

La historia de su construcción como sus principales características físicas, se pueden encontrar fácilmente en el Pentateuco o Torah, así como la semilla de la Leyenda de Hiram Abif, que luego la Francmasonería Especulativa desarrolló en todo su esplendor en el Ritual de Exaltación Masónica.

Pero también podemos encontrar otras semillas simbólicas, cómo que durante la construcción del Templo no se oía ningún repique de mazo contra cincel, porque todas las piedras brutas ya habían sido canteadas fuera de él, en las canteras propiamente tal, y dentro sólo se usaban mazos de madera, etc. Lo que puede ser el origen exotérico de la orden “Silencio en Logia”, que expresa el V:.M:. al iniciar los trabajos masónicos, para recordarnos que el desbaste de nuestros propios defectos se realiza antes de ingresar al Templo y no en él.

Otra importante contribución simbólica la podemos apreciar en el hecho que, esos antiguos albañiles debieron seguir las especificaciones de los dibujos arquitectónicos de un trazado de arquitectura. Conforme a ello, cortaron y escuadraron los materiales, levantaron muros y construyeron arcos, combinaron la gracia y la belleza, con la fuerza y la duración. Así, el trazado de arquitectura se constituyó en uno de los símbolos elementales de la Francmasonería especulativa, derivando luego en un símbolo de Ley Moral de aplicación universal y tolerante, lo que llevó inevitablemente a la idea del G:.A:.D:.U:.

Se podría resumir entonces la triada, Piedra Bruta, Piedra Cúbica y Trazado de Arquitectura, como los elementos basales del “alfabeto simbólico” de la Francmasonería especulativa original.

Por otra parte, en el Segundo Libro de las Crónicas se mencionan tres clases de trabajadores, los que llevaban la carga, los que tallaban la piedra y los directores del trabajo, es decir, los Ish Sabal, los Ish Chotzeb y los Menatchim, lo que sin duda tiene mucha relación con la forma en que, según la Leyenda del Tercer Grado, Hiram Abif organizó a los constructores del Templo en Aprendices, Compañeros y Maestros.

Lo siguiente que resulta muy interesante observar es que los útiles de trabajo o herramientas que se empleaban en las canteras eran pocos y sencillos, pues en realidad había sólo dos imprescindibles, la regla de veinticuatro pulgadas o dos pies y el mallete o martillo picapiedrero, el primero para medir las dimensiones de la piedra que iban a preparar y el segundo para desbastarla. La Francmasonería especulativa transformó su simbolismo para medir el tiempo y no las piedras, y para purificar el corazón de todo vicio o imperfección y no para suavizar o pulir el mármol.

Otro aspecto fundamental del simbolismo de la Construcción del Templo, es que los antiguos Misterios eran sólo para Iniciados y que éstos debían ser purificados antes de ingresar al Templo, por tanto, aquí se tiene una vinculación directa con nuestras prácticas de iniciación, los viajes de purificación y el uso del mandil blanco.

Es claro que, con sólo los elementos mencionados hasta ahora no se podría haber completado la magnífica construcción, por tanto, los compañeros más avanzados debieron utilizar instrumentos más complejos y precisos, la escuadra para asegurarse de trabajar con piedras cúbicas, el nivel para colocar la hilada horizontalmente y la plomada para construir el edificio con la verticalidad precisa. A estos elementos la Francmasonería especulativa atribuyó los valores simbólicos de instrumentos de moralidad, así el primero sirve para asegurar que los resultados de nuestra conducta coincidan con los ditados de la justicia divina, y que todos nuestros pensamientos, palabras y actos, sirvan para producir una vida virtuosa; el segundo como símbolo de la igualdad de posición en términos morales, tal que el Sol y la lluvia tocan a todos por igual; y el tercero, como símbolo de la rectitud de conducta moral, de honradez incuestionable, de la aspiración hacia las más altas virtudes.

Finalmente, el Tercer Grado Masónico concreta todo el valor simbólico que pudiera faltar hasta ahora. Eran los Maestros, los que daban el visto bueno final, para que obreros expertos aplicaran el “cemento” que fija los materiales en su sitio y con ello unir la construcción entera, hasta formar un masa resistente y compacta. De aquí que la herramienta final, para los Maestros, es la llana, que servía para aplicar el cemento y lograr un todo invariable. Se le atribuye entonces el simbolismo del amor fraternal, ese cemento cuyo objeto consiste en unir a los Hermanos en grupo armonioso y sagrado, limando cualquier aspereza que pudiera afectar dicha unión.

 

La Escalera de Caracol rumbo a la Cámara del Medio[4]

Esta idea tiene su origen probablemente en Reyes VI.8, dónde dice: “La puerta de la Cámara de en Medio estaba al lado derecho de la Casa[5]; y subíase por un caracol a la cámara del medio y del aposento del medio al tercero”. Pero lamentablemente no existe una prueba histórica que lo evidencie ni que se usara de la forma en que aplica en la actualidad para la Francmasonería especulativa, lo que nosotros llamamos la S:.C:.M:.

Entonces se forja la leyenda, cuya interpretación simbólica del objetivo de la Francmasonería especulativa sería el investigar o buscar la Verdad divina. ¿Qué es lo que en realidad se busca? La Luz intelectual de la Sabiduría y la Verdad. Y eso se manifiesta en la Búsqueda de la Palabra Perdida, ella es el símbolo de la Verdad, sin embargo, no la recuperamos en realidad, sólo obtenemos una Palabra Sustituta, lo que nos enseña que, en este mundo, el hombre sólo puede tener una idea aproximada de la Verdad, es decir, su propia Verdad.

Respecto a los peldaños de la escalera de caracol, fue en Estados Unidos donde finalmente se estableció que debían ser 15, los 3 primeros para la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza, los 5 siguientes para los 5 sentidos (los medios para alcanzar la Verdad, o las 5 órdenes de arquitectura como su forma alegórica) y los últimos 7 para las Artes Liberales (trívium más cuadrivium). Todo esto, es el camino del desarrollo de la Conciencia que debe seguir un masón.

En cualquier caso, el Compañero masón es el encargado de la construcción de estas gradas, al menos para el grupo de los 5 escalones que le permiten alcanzar el sitial del Primer Vigilante para recibir sus instrucciones. Es decir, debe ser capaz de purificarse así mismo, por los cuatro elementos, más el quinto, porque sólo el perfecto iniciado será digno de recibir y aprehender las enseñanzas, pues como bien enseña el hermetismo “cuando los oídos del estudiante están listos para oír, entonces vienen los labios a llenarlos con sabiduría”.

Luego existe otro aspecto simbólico importante, que son las pausas entre estos grupos de peldaños, cuyo propósito es reunir las enseñanzas de cada grado. La primera, es comprender la Organización masónica, el rango de los Jefes y Directores junto con su aspecto moral. La segunda, es para entender la importancia de cultivar el conocimiento práctico. Y la tercera, es para entender el valor de la ciencia humana en la forma del círculo completo que constituían las antiguas siete ciencias y artes liberales.

Así finalmente, la Cámara del Medio, simboliza esta vida, donde únicamente puede darse el sustituto de la palabra sagrada, donde sólo se percibe un vislumbre de la Verdad, y sin embargo, aprendemos que esta Verdad ha de consistir en el conocimiento perfecto del G:.A:.D:.U:. En esto consiste la recompensa con que se premia el francmasón; se le pone en el camino de la Verdad, pero debe viajar y ascender hasta lograr alcanzarla.

 

 


 

Reflexiones Finales

L

o primero que se puede decir al revisar el desarrollo anterior es que la Francmasonería especulativa supo recoger todo este acervo simbólico de la Construcción del Templo y lo redirigió a la construcción del Templo personal de todo masón, es decir, la construcción del Templo inmaterial del espíritu humano.

La Construcción del Templo simboliza el basamento de los principales aspectos de la doctrina masónica, las virtudes fundamentales, los métodos básicos y un sentido de cuerpo consecuente y estable, con un propósito claro para el perfeccionamiento del hombre y de la humanidad.

Nos pone en el camino del desarrollo de la conciencia, para finalmente alcanzar la autarquía del maestro, dónde la base para ello se soporta sobre el amor fraternal, pero, por sobre todo, el simbolismo de la Construcción del Templo es lo que define a la Francmasonería Simbólica como tal y es la fuente principal para la Leyenda del Tercer Grado, es decir, viene a ser el equivalente simbólico a un Big Bang conceptual.

 

S:.F:.U:.

 

Leída la Plancha de Arquitectura.

 


 

Bibliografía

 

·         MACKEY, Albert G. “El Simbolismo Francmasónico”. Gran Logia de Chile. Chile. 2020.

 



[1] MACKEY, A. G. Chile. 2020.

[2] Nota del autor de este trabajo: se habla por ejemplo de la masonería noaquita, lo que es curioso porque por otra parte “somos” del linaje de Tubalcaín, es decir, que existe un binomio de opuestos en nuestro “origen”, dos ramas como los hijos de Seth y los hijos de Caín, el Arte Sacerdotal vs el Arte Real... Pienso que esto se resuelve por sí solo, cuando en realidad entendemos que la Masonería es el Grande Arte.

[3] MACKEY, A. G. Chile. 2020.

[4] MACKEY, A. G. Chile. 2020.

[5] Nota del Autor: se refiere a la Casa de Dios, es decir, al Templo.

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